Cuaderno de Viajes

sábado, 23 de diciembre de 2017

On 0:00 by blanca in     2 comments
Lagos, rios, cascadas, bosque, bosque tropical, playas, glaciares, volcanes... y todo ello adornado con unos paisajes de colinas y montañas de un verde intenso y de miles y miles de ovejas pastando a su aire.
                                   
         
Parece como si se tratara de una postal perfecta, idilica, pero no es otra cosa que el paisaje que puedes encontrar en Nueva Zelanda. Yo le llamo el país del “que maco” y “que bonic”, porque te pasas el rato con la boca abierta y ojos como platos diciendo esto. Es de un bucolico pastoril total.
                                  

Este país, de solo 4.600.000 millones de habitantes y la mitad de kilometros cuadrados que España esta compuesto principalmente por tres islas: la isla norte, donde se encuentra su capital por un lado que es Wellington, y también su ciudad más poblada y conocida que es Auckland. Esta es también la isla más poblada y oviamente la que tiene mayor densidad de población. Separada por el estrecho de Cook se encuentra la isla sur cuya ciudad más conocida es Cristchurch. Esta isla es más grande y esta muy poco poblada aunque tiene una gran concentración de ovejas. Por curiosidad os dire por si no lo sabeis que la conocida marca de ropa elaborada con lana de merino “icebreaker”, es de aquí.
                               
                          

Hay una tercera isla más al sur llamada isla de Stewart que esta muy poco poblada y después están las famosas y paradisiacas islas Cook y Niue, que son algo así como unos estados autonomos asociados. Para que os hagais una idea es parecido a la situación de Puerto Rico con EEUU.
Y como curiosidades y para aquellos de vosotros que esteís enganchados como yo a las novelas de Sara Lark comentaros que los originarios habitantes de estas tierras las llaman en maori AOTEAROA, que significa “tierra de la gran nube blanca”.
Por cierto, los nueva zelandeces son conocidos de forma colonial como “kiwis”, que es un pajaro autoctono de aquí y también su simbolo nacional. No vayaís a confundirlo con la fruta que igual se ofenden.
                                
     

Después de la parrafada que os he soltado y ahora que ya estaís más o menos situados os intentare explicar la ruta que hicimos.
Aterrizamos en Cristchurch procedentes de Australia (por cierto volamos en el inmenso Airbus 380 de Emirates... vaya bicho!!), y como recordabamos que esta ciudad no nos habia gustado mucho, pusimos rumbo hacia el interior. En general las ciudades de todo el país no valen mucho la pena y tienen poca cosa que ofrecer. El tesoro de este hermoso país se encuentra en sus carreteras y en sus paísajes y la mejor forma de recorrerlo es o bien alquilando una carabana como hicimos la primera que vinimos aquí con mi hermana y con Ernest, o bien alquilando un coche y durmiendo en cualquiera de los holiday park que hay por todo el país. Nosotros en esta ocasión hemos hecho un mix, lo que significa que alquilamos un coche durante una semana y después hicimos una “relocation” durante cinco más.
                                    
                          
                            
                          
Como os iba diciendo esta vez optamos por irnos hacia el interior, atravesamos la región de las llanuras de Canterbury y nos fuimos a visitar unos lagos. El primero es el de Tekapo, que nos encanto y pensabamos que ya nada podria superar tanta belleza, pero esque siguiendo por la carretera unos cuantos km más estaba el de Pukaki, que si cabe todavia era más espectacular que el primero.
                                        
                           
                          

Si algo tiene este país, es un montón de lagos que vas encontrando y descubriendo poco a poco, asi una de las noches la hicimos también junto a otro lago muy bonito de nombre Hawea, y aprovechamos para hacer una pequeña caminata y ver un montón de conejos...
Cerca de Albert town, hay otro lago precioso, el Wanaka donde aprovechamos para esparrucharnos en el cesped y perseguir a los patos y ya en Queenston, que fue la ciudad que más nos gusto pudimos disfrutar de la inmensidad del lago Wakatipu.... ¿tela con los nombre ehh?
                               
Queenstown es una pequeña ciudad que se asienta a los pies de este lago. Tiene unas cuantas calles con mucha animación y un montón de agencias de turismo ya que desde aquí parten muchas excursiones para ir a visitar el Milford sound y el Doubtful sound que son dos de los fiordos más populares del Fiorland National Park.
                                    
                           

Nosotros al dia siguiente nos fuimos para Te Anau y volvimos a hacer una parte de la carretera que lleva hasta el primer fiordo, el Milford, aunque no llegamos a visitarlo porque todavia lo teniamos muy presente del anterior viaje.
En cambio si paramos en un par de lagos más, el Manapouri y el pequeño “mirror lake” y fuimos parando en diferentes sitios para hacer pequeñas caminatas. Las distancias aquí no esque sean muy largas, pero tardas un buen rato en hacerlas, ya que no puedes correr mucho por lo revirado de las carreteras, y por que estan parando cada dos por tres para sacar fotos.
                                               
                          
                         
                          

 En fin que disfrutamos un montón pero habia que seguir la ruta, así que primero enfilamos hacia el sur por unas carreteras preciosas y después nos dirigimos hacia un parque nacional que no conociamos y que nos encanto. La zona se llama The Catlins y tiene playas donde puedes ver leones marinos y también unos paisajes espectaculares. Esta vez a los leones tuvimos que verlos desde más lejos y durmiendo... menos uno que se le atraveso a Ernest enmedio de la playa.... vaya bicharracos son!.
                                        
                           
                          
Aqui también visitamos la "catedral cave", que es una cueva en la playa a la que solo se puede acceder cuando hay marea baja. La cueva no estaba mal, pero el sendero que nos llevo hasta allí nos gusto muchisimo... toda la vegetación super verde (creo que en otra vida fui vaca, porque me encanta el verde) y muy muy frondosa. 
                                   
 Continuamos nuestra ruta después hasta la pequeña ciudad de Dunedin y la peninsula de otago, que es otra parte de este país que no te puedes perder. Intentamos sin mucho existo avistar pingüinos pero digamos que estos estaban esquivos y logramos ver solo uno y de lejos. Resulta que en todas las playas donde hay, ahora se ponen unos señores muy monos que llevan un chaleco naranja y son de una asociación de protección de los pingüinos. Y total a la que te ven llegar ya te explican que no hagas ruido, que no hables, que te quedes a más de 200 metros, etc etc.
                                        
                          
                            
Total que al final solo logramos ver uno de muy lejos mientras subia toda una duna para llevar la comida al nido. Eso sí, ver al pobre bicho andando y subiendo por las dunas fue emocionante.
                                             



                   


Y ya como punto final fuimos a devolver el coche y coger la carabana que teniamos que trasladar hasta Auckland. Nuestra intención era ir por la costa hasta Kaikorua, pero resulta que a consecuencia de un terremoto que hubo hace más de un año, la carretera sigue cortada y tienes que dar la vuelta por el interior de la isla. Primero creiamos que seria un inconveniente pero después disfrutamos mucho recorriendo las solitarias carreteras de esta parte de la isla. 
En fin, la isla sur de Nueva Zelanda no tiene desperdicio y no podemos dejar de recomendar su visita a todos aquellos que tengais ganas y podaís.
Y ahora nos vamos unos dias a FIJI O FIYI, como querais y después os contaremos como nos fue por la Isla Norte.




2 comentarios :

  1. Sí que té bona pinta! Us ho passeu bé, eh, marranos ;)

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  2. La veritat es que s'intenta... ja saps... quan els nens siguin més grans a fer una volteta per aqui.

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