Cuaderno de Viajes

lunes, 21 de noviembre de 2011

On 13:51 by blanca in     No comments
Empezamos el dia  tomando otro autobús que después de 10 horas más de maratoniano trayecto nos dejó en la ciudad de Bajawa, ya que a nuestro destino final que era llegar al volcán Kelimutu cerca de la ciudad de Moni, se tiene que llegar en dos días. Teneís que pensar que aunque la distancia en kilómetros no era mucha, la carretera se las traía. De hecho es la carretera principal que atraviesa la isla, conocida como transflores y es una sucesión de montañas encadenadas que vas subiendo y bajando. Realmente es preciosa pero no es apta para gente que se maree con facilidad.  Ésta  isla tiene una vegatación exuberante y variada aunque  también hemos visto que esta menos poblada que las otras y que hay más pobreza. 


Bueno a lo que íbamos. Resulta que Bajawa nos ha gustado mucho más de lo que esperábamos teniendo en cuenta que era una parada obligatoria pero que no sabíamos lo que íbamos a encontrarnos.
Al dia siguiente y después de habernos relajado un poco del palizón del viaje, contratamos a Alfons que nos llevo en moto a ver tres poblados tradicionales Ngada que nos encantaron y unas hot spring que hicieron las delicias de Ernest (estuvo tanto tiempo en el agua que salió medio arrugado y encogido). Los Ngada viven cerca de Bajawa y de las laderas del  volcán Gunung Inerie.


Su número se cifra en unos 60.000 y viven repartidos en diferentes tribus. La gran mayoría practica una mezcla de cristianismo y animismo y sus símbolos más evidentes son las parejas de ngadhus y bhagas. El primero de ellos es como un parasol de unos 3 metros de alto en un poste tallado con techo de paja, representa al macho y la segunda es una casa en miniatura con techo que representa a la hembra. Cada par se asocia a un grupo familiar concreto dentro del poblado.
La primera tribu que visitamos fue la de los  Luba. En ella viven unas ochenta personas y Alfons nos contó que aquí el jefe del poblado tanto puede ser un hombre como una mujer pero que siempre se cambiaba de jefe cada cinco años. Así mismo  cada poblado se organiza en clanes, cuyos jefes son siempre varones. Como curiosidad también nos explicaron que en la zona de Bajawa es la única de la isla que se rige por un sistema de matriarcado y así cuando una pareja contrae matrimonio, es el hombre el que se muda a casa de la mujer o de los parientes de la mujer. Otra curiosidad que también hemos encontrado en gran parte de la isla es que a los difuntos de cada familia se les entierra en el jardín de la casa y se les pone comida y bebida.





La segunda aldea que visitamos fue  la de Bene, que venia muy recomendada en la guía pero que personalmente a nosotros no nos gusto tanto como la primera.




Cuando acabamos la visita nos fuimos a las hot springs en donde el guía en solo unos minutos nos preparó una deliciosa comida para seguir a continuación hasta el último poblado dónde aprovechamos para jugar un partidito de fútbol con los críos.  






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