Cuaderno de Viajes

lunes, 20 de febrero de 2012

On 16:00 by ernest in     No comments
Estando en Borneo, consultamos con la oficina de turismo en Kuching para organizar nuestros 10 días de estancia en ésta isla. Allí nos confirmaron que aparte de Bako y Semenggoh, una visita muy recomendable es el parque nacional de Mulu. El problema: que esta a 15 horas de autobús hasta la ciudad más cercana (Miri) y una vez allí se puede coger un avión diario que sólo tarda media hora en llegar. No hay carreteras, está aislado del mundo. Bueno, no exactamente, desde Miri también llegan barcos de carga a veces, pero con un sistema de transbordos bastante enrevesado que hacen que el precio del barco sea igual que el del avión.

Pero había una tercera opción, que es un vuelo directo que hay tres veces a la semana. Por internet vimos que podíamos coger un vuelo el viernes y regresar el domingo siguiente. Pero en Mulu es obligatorio reservar alojamiento antes de viajar (imagínate allí, recién bajado del avión, aislado por dos días hasta que salga el siguiente vuelo y sin sitio para echarte a dormir), así que le encargamos al amable personal de nuestro hostel en Kuching que nos hicieran la reserva y nos la hicieron sin problema. El lema del hostel es "al llegar viene un cliente, al dejarnos se marcha un amigo"... y la verdad es que tienen bastante razón, la familia que lo lleva es de lo más simpático.

Total, que llegado el viernes nos fuimos para el aeropuerto, que es bastante grande y nuevo, con wi-fi disponible desde la que os escribí el anterior post.

Como se trata de un vuelo de 1h y 30 m. Blanca ya se imaginaba que sería un avión de hélices, y así fue. Ella se montó quejándose por ello, les tiene manía a estos aparatos desde un vuelo accidentado que tuvimos en Méjico... !!durante nuestra luna de miel!!... !!no ha llovido nada desde entonces!!

La verdad es que tanto el vuelo de la ida como la vuelta, fueron perfectos. La compañía es Maswings, que es una filial de Malasyan airlines y el trato fue excelente, tanto que incluso Blanca me comentó que está cambiando su opinión sobre los aviones de hélices, ahora ya le van cayendo mejor (claro a fuerza de irlos cogiendo que remedio le queda, je, je).




El aeropuerto sólo está a 1,5 km. de la entrada del parque, así que hicimos un poco el primo al contratar un taxi que nos llevara por d,5 euros, podíamos haber llegado perfectamente andando (así lo hicimos a la vuelta).
El parque está al otro lado del rio, y hay un puente colgando que lo cruza, aquí lo tenéis junto con Blanca, la mar de contenta antes de darse cuenta de lo que realmente se balanceaba el puente cuando estas andando por el medio. A partir de la primera vez protestó bastante cada vez que lo tenía que cruzar... que le vamos a hacer!


Y ya en la recepción del parque nos encontramos con el primer problema. !!No les consta ninguna reserva a mi nombre!!, Glub!! ¿como puede ser?... Despues de pasar un mal rato, la explicación fue muy sencilla, y es que habian "americanizado" mi nombre escribiendolo con una "K" en vez de utilizar la "C" de toda la vida, al final todo quedó en un suto y nos dieron la habitación reservada para nosotros solos, muy bonita, en realidad es para cuatro personas, con dos duchas, pero era la única que les quedaba si no queriamos estar en el dormitorio comunitario. Nos costo cara, pero la disfrutamos mucho, aqui me veis deshaciendo las maletas.



Este parque es muy bonito, su atractivo principal son las cuevas, aparte de la fauna y flora que tienen por aquí. Lo que no nos gustó es que prácticamente te obligan a ir con guia en casí todas las visitas (de pago, claro). No puedes visitar casi ninguna cueva por tu cuenta, y tienes que reservar las excursiones con antelación. Así que nada mas llegar, reservamos por la tarde la visita a la famosa cueva del ciervo, que es imponente y mucha gente la visita también para ver salir a la puesta de sol algunos de los tres millones de murcielagos que se calcula viven en ella.



Aqui podeis ver un poco el techo de la entrada de la cueva, es enorme!, hace dificil hacerse una idea viendo las fotos. Una comparación que se me ocurre bastante buena es que su tamaño se parece a la escena de la pelicula "El señor de los anillos", en la que la compañía del anillo entra en las minas de Moria y se quedan pasmados viendo el tamaño de la sala de las columnas... Esta cueva vendria a ser lo mismo, pero sin columnas, es algo "masivo", dificil de explicar.





En lo alto del techo (más de 100 metros) se ven unas manchas negras muy grandes esparcidas por doquier, son los cientos de miles de murciélagos que viven allá arriba, a ellos el turismo no les molesta por lo altos que están.
Un dato curioso es que se calcula que diariamente se comen unas 15 toneladas de insectos en el exterior,,, pero los murciélagos son muy hogareños y digieren sus alimentos en casa, y defecan allá mismo, con lo que a los lados del camino hay siempre montones de caca de murciélago fresca. Despide un olor peculiar, no demasiado desagradable para lo que pudiera ser. Por suerte ésta cueva está bien ventilada. En realidad tiene una salida al otro lado de la montaña a 700 metros de la entrada, se le podría considerar un túnel.


El primer día visitamos otra cueva aparte de ésta, y también nos gustó mucho, y agradecimos estar a cubierto porque volvía a llover como casi todas las tardes que llevamos en Borneo. Esto nos perjudicó bastante, porque a los murciélagos no les gusta salir a cazar con lluvia, y aunque sobre las 18'30 hrs ya no llovía casi, salieron pocos murciélagos ese día, que mala suerte!!, con todo pudimos ver salir a algunos murciélagos, muchos menos de los que salen habitualmente.
Por la noche nos fuimos a cenar en un restaurante fuera del parque, cruzando el puente, porque a mediodía nos había costado mucho más de lo normal la comida en el restaurante del parque nacional, y además los espaguetis que pidió Blanca estaban malísimos. En el restaurante de fuera fuimos los únicos cenando allí, se nos hizo raro, la cocinera sólo nos podía servir los típicos noodles fritos (fideos chinos), pero estaban buenísimos, tuvimos buena idea al salir del parque y decidimos entonces salir fuera (son sólo 50 metros) para comer y cenar, ya que el desayuno lo teníamos incluido en el precio de la habitación.

Al día siguiente fuimos a la excursión de la cueva del viento y la del clearwater river, o rio de aguas claras. Esta excursión se hace en bote a través del rio, para evitar tener que andar. La pena es que a los diez minutos nos pararon en un mercadillo local a la orilla del rio y nos dieron tiempo para comprar lo que quisiéramos, vaya por Dios!! Después de la espera necesaria para las compras, continuamos con la visita. La verdad es que las cuevas nos parecieron  muy bonitas las dos, especialmente la cueva del viento, allí nos hizo gracia ver ésta estalactita “erótica”, a ver si vosotros tenéis buena imaginación, reconozco que a mí me costó pillarlo, Blanca lo vio enseguida.

                             

Cuando acabamos la visita a la segunda cueva, le pedimos a Ismael, nuestro guía si nos podía dejar marchar en solitario a pie hasta las oficinas del parque por el camino que habíamos dejado atrás en la primera cueva (3 kms). Nos dijo que sí, a condición de que tuviéramos linterna (llevábamos las dos, una cada uno), porque hay que atravesar una cueva larga y oscura que ejerce de túnel y te lleva al otro lado de la montaña que se interpone en tu camino. Que divertido, un túnel natural, opinamos nosotros.

Así que dejamos el grupo bastante aliviados, sobre todo por la presencia de una familia india bastante cargante y nos fuimos por nuestra cuenta andando hacia la entrada del parque. Casi fue lo más bonito del parque, el camino, las pasarelas, y las escaleras que nos íbamos encontrando fueron de lo más divertido, y el hecho de ir por nuestra cuenta nos hizo gozar más de la experiencia


 


 


 

 
La cueva que estaba a mitad del camino se llama Moon Milk, es larga y estrecha, el suelo esta súper arreglado para caminar sin problemas, y realmente es tan bonita como las otras, simplemente que queda a desmano, en lo alto de una colina y a los turistas normales les costaría subir hasta allá, por lo que no se organizan excursiones guiadas hasta allá, tienes que ir por tu cuenta,,, mejor para nosotros!!
Aquí me veis dentro de la cueva, todo sudado, al lado de una curiosa raíz “aérea” de más de diez metros de longitud, muy interesante.

 

Cuando llegamos a nuestra habitación era la hora de comer, y después a Blanca le dio pereza andar más, por lo que yo decidí acercarme hasta una pequeña cascada que está a “sólo” tres kilómetros. 
La verdad es que el tiempo era bueno cuando salí, pero Murphy hizo bien su trabajo, y empezó la lluvia cuando estaba llegando a la cascada, justo en el punto más lejano al punto de inicio de mi recorrido ,,,y no llovió un poquito, no,,, me echo encima un mar de agua!!, ni que decir tiene que después de tres kilómetros de regreso andando por la selva, por mucho paraguas que tenga, llegue al hostel mojado como un pato (bueno, en realidad más que los patos son impermeables).
Todavía tengo los zapatos mojados de esa experiencia. En cambióBlanca estaba perfectamente preparada para ir a cenar, y tuvo la amabilidad de obsequiarme con una de sus estupendas sonrisas cuando me vio llegar soltando agua como una esponja empapada, que le voy a decir! Y más cuando ella me habia advertido de que estaba apunto de empezar a diluviar!! Como me fastidia que tenga razón…

Y al día siguiente yo me apunte a dar una vuelta por el Canopy, que es un recorrido por caminos suspendidos de los arboles a unos veinte metros de altura. A Blanca le dan miedo las alturas (ya habia hecho uno de similar cuando estuvimos en Malasia la última vez y dijo que una y no más), así que me esperó en la habitación, y yo regrese seco, afortunadamente, ya que el camino lo hicimos por la mañana no suele llover.


 


Después de comer nos acercamos andando al aeropuerto a esperar el avión. Llegamos muy pronto, éramos los primeros viajeros (y tuvimos que esperar un tiempo hasta poder entrar dentro. Viajamos de regreso a Kuchin en el avión un total de trece personas de las 68 plazas que tiene el avión, es temporada baja aquí.
Realmente las cuevas de Mulu son especiales y únicas en el mundo, lo que no nos ha gustado es el hecho que te obliguen a ir con guía (y pagar por ello). Los caminos están perfectamente señalizados y las cuevas tienen electricidad instalada. Me supongo que lo de los guías, aparte de por sacar una pasta, será para evitar actos vandálicos y que nadie se dedique a romper estalagmitas, no sé,,, a nosotros desde luego nos hubiera gustado visitarlas por nuestra cuenta, que es algo perfectamente factible, teniendo en cuenta lo sencillo del recorrido y lo bien equipado que está.
La visita a Mulu nos ha costado una pasta, pero ha valido la pena. No nos arrepentimos de haber venido

Algunos precios significativos

Vuelo ida y vuelta Kuching-Mulu 2 pax  250 euros.
Precio habitación cuádruple (con desayuno)  180 Ringitts, unos 45 euros/noche
Comida en el restaurante P.N.  41 Ringitts 10 euros (la única, de lo mala que estaba)
Cena de Noodles buenísimos,  con cerveza incluida 27 Ringitts, unos 8 euros
Excursión en barca a las cuevas 60 Ringitts, persona, unos 15 euros
Excursión al canopy 30 Ringits, unos 7,5 euros.

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