Mumbai, tres primeros dias

Bueno, ya estamos en la India,,, El avión llegó a las ­00,30 horas al aeropuerto, sacamos 8000 rupias del cajero automático, y alquilamos un taxi prepa­­go que nos llevó al hotel que teníamos reservado, pero solo por dos noches, y si queríamos alargar hasta el sábado, (que no séyo porque nos hacía falta quedarnos hasta el sábado), pues nos hacían una oferta de una noche adicional por “solo” 35 euros, cuando una habitación aquí sale por 60 euros,,, en fin tomamos la habitación y nos vamos a dormir muy cansados del viaje de avión que ha durado todo el dia y que nos ha tenido levantados desde las cinco de la mañana.

Nos levantamos a tiempo de tomar el desayuno en el hotel, muy bueno, por cierto, y decidimos que lo primero que iremos a ver son los porteadores de escudillas que a las 11.30 organizan el reparto de la comida casera que llega por tren a esa hora, destinada a los miles de funcionarios que trabajan en la ciudad y que por razones religiosas no admiten comer comida preparada por otros, sólo comen comida casera, pero no la traen consigo a primera hora, la comida se hace después de que salen de su casa, y se envía mediante un sistema de reparto de comida que ocupa todas las aceras de alrededor de la estación. Nos parece muy curioso y no lo habíamos visto en nuestro anterior viaje, pero en las cercanías de la estación nos perdemos, y llegamos cuando ya estaba toda la comida fuera, así que ya volveremos mañana.

Un poco más tarde fuimos hacia la estación de Victoria terminus para comprar los billetes para irnos el sábado hacia Ajanta y Ellora. Para variar no había ya billetes ni para primera ni segunda clase con aire acondicionado, asi que compramos dos para ir en litera. Hay que tener en cuenta que cogeremos el tren sobre las 21 horas y llegaremos al destino sobre las cuatro. Aquí por cierto el tema del transporte es muy barato ya que solo hemos pagado 352 rupias por los dos, que al cambio vienen a ser unos 5 euros.

Seguimos deambulando por Mumbai y nos acercamos hasta Marine Drive, que es por cierto donde desembarcaron los terroristas paquistaníes que cometieron los atroces atentados del hotel Taj entre otros.

  Seguimos caminando un montón y sudando la gota gorda y nos fuimos a comer a la Court que es uno de los sitios más emblemáticos de esta ciudad. Es aquí donde se encuentra la corte de justicia y la torre del reloj y es un espacio recreativo en el que los nativos pasan horas y horas jugando al cricket. Bueno, pues aquí fue donde decidimos comenzar y acabar con los dos tesoros que llevábamos: un taco de queso de oveja y jamón ibérico del bueno… que os voy a contar… que con pan que habíamos comprado y los tomates estaba buenísimo.

Ya por la tarde y después de una ligera siesta, estamos con el cambio horario todavía, Ernest decidió que quería pelarse un poco y ya puestos yo le pregunte al barbero si también se atrevia a cortarme el pelo a mí y como dijo que sí, pues nada que salimos más frescos y ligeritos que antes. Eso sí, daba un poco de grima ver como le cortaba el pelo con una cuchilla afiladísima y al mismo tiempo hablaba por el móvil. El hombre debía de ser buenísimo en el oficio ya que logramos salir indemnes!. 

  Enseguida nos fuimos a cenar a un restaurante local en el que comimos por unos cinco euros los dos y después  paseíto final para ver la puerta de la India y el paseo marítimo de noche.

Hoy por la mañana finalmente hemos logrado ver a los porteadores de alimentos y después hemos decidido coger un tren de cercanías y por unas 65 rupias (menos de un euro) hemos estado una horita e

 

Después, otra vez más tren y ya en Mumbai hemos liquidado rápidamente los restos de queso y jamón.. no sea que con tanta calor tengamos que tirarlos.

Quizá esta noche después de la cena nos vayamos de concierto que organiza una radio local y mañana toca visita a Isla Elephanta, que aunque ya la conocemos nos gusto mucho.